¿Qué es un contrato de distribución y cuáles son sus beneficios?
Es práctica frecuente en el mundo comercial que una empresa venda los productos de otra en una determinada zona geográfica. Sin embargo, suele hacerlo sin que medie contrato de distribución, un documento muy útil, casi imprescindible, para ambas, pues les brinda seguridad mercantil. Vamos a ver por qué.
¿En qué consiste el contrato de distribución?
Es un documento legal mediante el que una empresa (distribuidora o concesionaria) se compromete a comprar productos de otra (concedente) en determinadas condiciones y luego a revenderlos en un área territorial concreta. Además, la primera brindará a los compradores la asistencia técnica que precisen tras hacer su adquisición.
Por tanto, esta figura contractual deja por escrito las condiciones en que va a desarrollarse la relación comercial entre concesionaria y concedente. A su vez, esto permite solucionar posibles disputas futuras de manera más sencilla y rápida, como veremos.
Características de este tipo de contratos
Este tipo de relación contractual puede establecerse de forma temporal o indefinida. En este último caso, cualquiera de las partes puede desistir de él, siempre cumpliendo las normas de buena fe y de preaviso. Asimismo, la empresa concesionaria se compromete a brindar a los compradores varios servicios:
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- Venta del producto adquirido a la concedente.
- Venta de repuestos para aquel.
- Reparaciones del producto en caso de avería.
- Colaboración con la financiera de las ventas, si la hubiera.
Por otra parte, los contratos de distribución suelen pactarse con exclusividad. Es decir, la empresa productora otorga a la concesionaria un territorio en exclusiva para que comercialice sus artículos. En reciprocidad, esta última también se compromete a no adquirir productos similares de otras marcas.
Beneficios de tener un contrato de distribución
En la línea de lo que acabamos de explicar, este tipo de contrato permite a la entidad distribuidora la exclusiva de un determinado producto. Solo ella podrá venderlo en el ámbito geográfico que ha pactado.
Pero las ventajas de esta figura contractual tienen que ver, sobre todo, con la resolución de posibles conflictos. Al existir un documento escrito y firmado por las partes, es más fácil y rápido solventar desacuerdos. Si no lo hubiera, podría demostrarse la relación comercial mediante otros documentos como, por ejemplo, facturas o correspondencia. Pero se tardaría más tiempo y habría que realizar más trámites.
El contrato debe incluir todas las obligaciones y derechos de las partes en la relación comercial. Entre ellos, respecto a la concesionaria, normalmente, tendrá que realizar un número mínimo de compras anuales. Además, deberá sufragar de su bolsillo gastos promocionales como la asistencia a ferias en su territorio.
No obstante, también el contrato prevé obligaciones para la entidad concedente. Es importante que el documento incluya una indemnización por fondo de comercio para la distribuidora. En otras palabras, cuando finalice el contrato, esta tendrá derecho al cobro de una cantidad por la clientela conseguida gracias a su buen trabajo distribuidor. Muchos de estos compradores, seguirán haciendo pedidos a la empresa fabricante.
En conclusión, el contrato de distribución es un documento fundamental cuando se establece relación comercial entre dos empresas, una como distribuidora de los productos de la otra. Hemos explicado sus características principales. Pero, si tiene alguna duda sobre este tema o cualquier otro de tipo fiscal o laboral, consúltenos en nuestras oficinas de Oviedo o Gijón. Nos encantará atenderle.
Fuente: Espacio Pymes.