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Los directivos empresariales temen que la IA cause fugas de datos y pérdidas económicas

La inteligencia artificial (IA) generativa, es decir, aquella que genera contenidos a partir de datos preexistentes, ya es una herramienta habitual en las empresas. Permite automatizar labores tediosas y hacer otras tareas. Sin embargo, los directivos de esas entidades desconfían de ella por los peligros que implica para la seguridad de los datos.

El informe de Kaspersky

Así lo atestigua un informe elaborado por la empresa de ciberseguridad británica Kaspersky a finales del pasado año. Para elaborarlo, encuestó a gran número de dirigentes empresariales españoles y los datos que revela son significativos.

La principal conclusión es que tienen serias reservas sobre el uso de la IA generativa. En concreto, temen que provoque pérdidas de información confidencial y dificulte el control de las operaciones comerciales. Incluso el 64 % cree que sus empresas pueden sufrir pérdidas económicas por la utilización de la inteligencia artificial.

Sin embargo, a pesar de que el 96 % de estos directivos cree que sus empleados la usan con regularidad, solo el 19 % han abordado el tema de imponer reglas para controlar su manejo. No obstante, el 95 % de los dirigentes cree necesario conocer lo que sus empleados hacen con la IA para estar protegidos ante fugas de datos y grietas de seguridad.

Algunos usuarios de la IA desconocen que ocurre con los datos

Precisamente, otro estudio realizado por Kaspersky revela que el 25 % de los empleados que utilizan la inteligencia artificial generativa en su trabajo no saben qué sucede con los datos que introducen en ella. Es importante que esto se corrija porque las herramientas de IA son capaces de almacenar la información que se les proporciona.

Por ejemplo, la más popular de ellas, que es ChatGPT guarda datos como la dirección IP, la clase de navegador, la configuración del usuario e incluso las funciones que más utiliza este. Bien es cierto que no ofrece esta información a terceros, solo la archiva para mejorar sus servicios. No obstante, esta política de privacidad solo afecta a los usuarios registrados. Los datos que se introducen de otros en su sistema no están sujetos a esa política.

A pesar de todo esto, solo el 45,5 de las empresas carecen de normas internas sobre el uso de esta herramienta. Además, entre las que las poseen, solo un 27 % de sus empleados las consideran claras y que se cumplen.

Perspectivas de la IA generativa en el futuro

La inteligencia artificial acaba de llegar a nosotros. Por tanto, las empresas todavía están adaptándose a ella y muchas aún no han instaurado normas de seguridad. Pero, volviendo al primer informe de Kaspersky, el 46 % de los directivos planean incluir esta tecnología en sus rutinas de trabajo para mejorar la productividad.

En consecuencia, resulta imprescindible que las entidades empresariales comiencen a implementar normas de seguridad para su uso. Más aún si tenemos en cuenta que un 16 % de los españoles que utilizan esta herramienta no creen necesario mantener la privacidad y que un 31 %, si bien considera que no deben compartirse esos datos privados, los facilita.

En conclusión, la inteligencia artificial generativa puede ser una tecnología útil para las empresas. Pero los directivos de estas creen que puede ocasionarles fugas de datos. Por ello, es fundamental que se implementen normas de uso que salvaguarden la seguridad.