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¿Cuándo es rentable constituir una sociedad limitada?

Muchos autónomos se preguntan, al iniciar un negocio, si les interesa más hacerlo como empresario individual o, por el contrario, constituir una sociedad limitada (SL). Pero la respuesta no es sencilla, ya que ambas modalidades tienen ventajas e inconvenientes. En cualquier caso, vamos a arrojar luz a este asunto.

Ventajas e inconvenientes legales de constituir una sociedad limitada

En primer término, es importante saber que la constitución de una SL tiene unos costes asociados. Esta forma de empresa exige un capital social de 3000 euros. No obstante, desde la entrada en vigor de la Ley Crea y Crece, puede comenzarse con un capital simbólico de un euro.

Sin embargo, otros gastos al constituir una sociedad limitada son los siguientes:

  • Escritura de constitución. Contiene los estatutos de la sociedad y debe elevarse a pública.
  • Presentación del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados. No obstante, está exento de pago.
  • Inscripción en el Registro Mercantil y publicación en el BORME (boletín de este organismo).
  • Obtención del certificado digital o firma electrónica.

Todos estos gastos pueden ser variables en función de distintos parámetros. Pero, en conjunto, se hallarán entre los 350 y los 600 euros.

Por otra parte, trabajar como sociedad limitada conlleva otros gastos de gestión que son superiores a los de un autónomo. La contabilidad es más compleja y deben presentarse las cuentas anuales en el Registro Mercantil.

En cambio, operar como SL supone ciertas ventajas. La más importante es que la responsabilidad patrimonial del socio queda limitada. En caso de pérdidas de la empresa, este solo responderá con el capital social que le ha aportado, pero no con su patrimonio personal. En cambio, el autónomo arriesga todos sus bienes.

Sin embargo, la principal ventaja de constituir una SL está relacionada con la fiscalidad. Mientras el autónomo declara sus beneficios en el Impuesto sobre la renta de las Personas Físicas (IRPF), aquella lo hacen por el Impuesto de Sociedades. En función de los beneficios, es más rentable este último, pues tiene un tipo general del 25 %, mientras que los del IRPF puede llegar hasta el 47 %.

Motivos por los que pasar de empresario individual a sociedad limitada

A la luz de todo lo que hemos explicado, las principales razones para constituir una SL son las siguientes:

  • Tener unos beneficios estables y elevados, que, además, se van a reinvertir parcialmente en la empresa. A partir de los 40 000 o 60 000 euros, según las circunstancias, puede ser interesante.
  • Interés por limitar la responsabilidad patrimonial personal.
  • Trabajar para grandes corporaciones. Muchas de estas exigen facturar como SL.
  • Intención de incorporar a socios.
  • Posibilidad de crecimiento sustancial del negocio.

En conclusión, constituir una sociedad limitada es aconsejable en ciertos casos. No obstante, cada negocio tiene sus propias peculiaridades. Por ello, si está pensando en hacerlo, consúltenos en nuestras oficinas de Oviedo o Gijón. Aclararemos todas sus dudas tanto respecto a este tema como a cualquier otro de tipo fiscal o laboral.

Fuente: Espacio Pymes.